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JUDAS REVISITADO

JUDAS REVISITADO

"Serás mejor que todos los demás –le dijo Jesús-, porque sacrificarás el cuerpo de hombre del que estoy revestido". Y es que el Carbono 14 nunca miente. El hombre que pasó a la historia de la tradición cristiana como el traidor por antonomasia, fue en realidad el discípulo privilegiado al que se le encomendó la misión más difícil. El descubrimiento arqueológico del "Evangelio según San Judas" lo corrobora. La traducción del papiro de 26 páginas encontrado en Egipto en 1978 nos muestra a un héroe dispuesto a dar cumplimiento a un mandato divino. Algunas de las creencias más arraigadas del cristianismo tiemblan ante el cambio de perspectiva. Pero, el documento que ahora nos muestran, autentificado y traducido por National Geographic, ¿supone verdaderamente un cambio de perspectiva?

La acción premeditada de la traición, El beso de Judas (pintado por Gottfried Helnwein como una pesadilla fantasmal que pone los pelos de punta), ha tenido diversas interpretaciones a lo largo de la historia; Jorge Luís Borges, en Tres versiones de Judas, informa de algunas de ellas. Nils Runeberg, por ejemplo, miembro de la Unión Evangélica Nacional, intentó descifrar en su Kristus och Judas, escrito a principios del siglo XX, un misterio central de la teología. La tesis presentada por Runeberg coincide en lo esencial con la traducción y posterior interpretación del papiro egipcio. El libro comienza con este epígrafe de De Quincey: "No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas". Siguiendo la escuela alemana, De Quincey supone que Judas entregó a Jesucristo "para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma". Runeberg, por su parte, siempre defendió que la traición de Judas no fue casual, sino que formó parte de un grupo de hechos prefijados que jugaron sus cartas misteriosas "en la economía de la redención".

Las refutaciones que sufrió Runeberg por parte de teólogos de todas las confesiones, hicieron que, al menos parcialmente, reescribiera su tesis y modificara su doctrina. ¿Necesitaba Jesús –se pregunta Runeberg- de un hombre para redimir a todos los hombres? ¿Dónde quedaban entonces los considerables recursos de la Omnipotencia?

Runeberg y Borges, o Borges y Runeberg (asistidos por otros maestros de la especulación como Borelius, Euclydes da Cunha, Maurice Abramowicz, Jaromir Hladík), avanzan en una serie de consideraciones que vuelven pequeño el esfuerzo del "Evangelio de Judas" por comprender el mensaje de un beso.

A fines de 1907 (informa Borges), Runeberg concluye Dem hemlige Frälsaren con una tesis novedosa que debe ser atendida con cuidado y que pone fin, definitivo, a las investigaciones. Borges resume a la perfección el contenido perverso de este libro: "El argumento general no es complejo –nos dice el argentino-, si bien la conclusión es monstruosa". Según Nils Runeberg, Dios se rebajó a ser hombre para la redención del genero humano, pero no debemos buscar el rastro de su divinidad donde habitualmente buscamos, sino que debemos hacerlo en la menospreciada figura de Judas. La justificación a semejante locura es manejada con maestría por el dúo Runeberg-Borges hasta que el espanto deja paso a la perplejidad y la perplejidad, ¡cómo no!, a la duda; les aconsejo, si no lo han hecho todavía, que echen un vistazo al maravilloso cuento incluido en Ficciones y que atraviesen sus pocas líneas con la atención que éste se merece. El final, les adelanto, no puede ser más asombroso: "Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia, pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas".

Estoy convencido de que la traducción final del "Evangelio de Judas" añadirá luces y polvo sobre la figura del discípulo maldito. Pero les aseguro que este trabajo de reconstrucción no resultará del todo necesario: a través del Aleph borgeano, del prisma caleidoscópico que aúna todos los caleidoscopios, las sombras se multiplican ignotas mostrando lo imprevisible, desmantelando las ruinas circulares de la certeza, acumulando versiones y versiones hasta perderse sin más, como el beso de Judas se pierde, a las puertas del vacío.

2 comentarios

Rubén -

«Por supuesto, ni la historia ni el teólogo son reales. Runeberg sólo fue el personaje que Borges inventó para su cuento Tres versiones de Judas. El escritor necesitó dar vida a Runeberg para anunciar algo que no podía decir un escéptico que creía que la Teología no era más que la perfección de la Literatura Fantástica, y Dios, su mejor invención. Sin embargo, antes de morir Jorge Luis Borges rezó con fervor el Padrenuestro».
Sonia Lira

Johnymepeino -

Me asombra 20 siglos negando la biblia y ahora en cinco minutos \"tó dios\" sabe que ha llegado La Verdad, en forma de evangelio apócrifo.

(Por cierto, ¿De verdad que no lo conocían? :D )